Si has llegado hasta aquí no es por casualidad…
Estoy segura de que todos tenemos, uno de esos días, en los que te levantas y te preguntas:
¿Cómo he llegado hasta aquí?
¿Dónde han quedado mis sueños, mis ilusiones, mis ganas…?
Realmente no entiendes el por qué de tu queja, ya que quizás tengas una familia, un trabajo, unos hijos, amistades, cierta estabilidad…pero sientes que falta algo.
Por otro lado, la sociedad en la que vivimos no nos permite soñar con la que está cayendo, pero tampoco nos permite quejarnos de lo que no nos gusta. Si tienes casa, marido, trabajo e hijos tu vida es perfecta. ¿Qué más quieres?
Pero existe un vacío en ti y no sabes qué anhelas. Eres consciente de que “algo” no va bien, pero no sabes identificarlo. La vida, con su inercia, nos lleva por caminos que transitamos en automático y cuando te quieres dar cuenta, han pasado 20 años y te parece mentira.
Aceptas la idea de que es imposible vivir de otra manera y te sientes incapaz de cambiar las cosas, porque piensas que la vida es así y que ya has tomado ciertas decisiones y son inamovibles.
Déjame decirte que no, esta idea de que todo es es para siempre, no es real y puedes volver a empezar las veces que haga falta y encender y apagar la chispa de tu vida, las veces necesarias hasta que decidas, desde lo más profundo de ti, que ya no quieres seguir apagando, sino mantener la llama encendida.
Podemos reinventarnos, redescubrirnos y empezar a vivir plenamente, no a sobrevivir a nuestras circunstancias. Lo más importante es ser consciente de en qué punto estás, de analizar lo que te gusta y lo que no, lo que ya no toleras en tu vida y dar un giro en tu manera de ver el mundo que te rodea.
“La vida es nueva cada día”
Es una de mis frases favoritas, la siento tan cierta, que me da alas y el impulso necesario para seguir avanzando.
Un buen día, te levantas y ocurre algo que cambia el transcurso de tu vida, una llamada de teléfono, un embarazo, un nuevo trabajo, un viaje…algo que rompe tu rutina y de repente te sientes viva, te sientes bien.
Pero tú también puedes hacer que ocurran nuevas circunstancias, en lugar de esperar a que ocurran por si solas y pasarte media vida esperando. La vida no te ocurre, la vida te responde de acuerdo a tus emociones y pensamientos. Si no te sientes merecedora, si no eres capaz de soñar futuros maravillosos, si piensas que todo te pasa a ti…así, no vamos a ninguna parte. Toma conciencia de tu capacidad creadora y de tu poder de elección.
Lo más importante es aprender a conocerte mejor, a conocerte bien a niveles más profundos, desde dentro. Saber cómo funcionas a nivel mental, las cositas que te sacan de tu centro, cómo te relacionas con tus emociones, analizar tu capacidad de crear futuros diferentes, tus creencias, tus límites, tu autoestima…
Poco a poco, verás que la visión que tienes de ti misma cambia, a mejor, a mucho mejor y desde aquí, conectada contigo, cambiará la manera en la que enfocas la realidad que te rodea. Después de todo, la vida cambia dependiendo del cristal con el que se mire, todo es cuestión de enfoque.
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